No existe
algo absoluto, algo indestructible ni algo eterno. Todo tiene la capacidad de
“transmutar”, ejemplo de eso es el agua, que puede pasar de ser hielo a ser
vapor, si perder su calidad de agua.
En
nosotros, existe esa capacidad de “adaptarnos” de reconstruirnos, de
transformarnos y de reestablecernos.
Parte de
ese proceso, de alcanzar esa capacidad camaleónica, es entender que somos seres
cíclicos. Que nada de lo que nos rodea es algo perpetuo.
Los seres
humanos, somos animales de costumbre, algo ambiguo, que puede ser muy
productivo y también algo contraproducente.
¿Por qué?
Por que
podemos generar dependencia, “acostumbrarnos”, a la compañía de otros seres, y
en su ausencia, se produce un desequilibrio en nuestra estabilidad.
El que
seamos “animales de costumbre”, es un plus, que debe ser ocupado en otras
cosas, entre ellas, “el acostumbrarnos a los cambios”, cosa que últimamente es
algo que está a flor de piel.
Por otra
parte, estando próximos a alcanzar las metas autoimpuestas, lo importante es
ser consecuentes y “fieles” a uno mismo.
Dejar la
duda a un lado, olvidar esas cosas que nos hacen mal y que ya simplemente, no
van a cambiar.
Abre los
ojos, hoy, no solo debes preocuparte por la parte profesional ó afectiva, debes
preocuparte de lograr un “equilibrio”, un todo.
CONSEJO:
Cada vez
que sientas sobrepasado, baja el ritmo, pero a nivel mental. La calma, debe ser
algo presente en tu actuar. Utiliza las señales silenciosas de lo que conforma
tu entorno, para identificar lo que está fallando.
Maravilloso....como siempre
ResponderEliminarun abrazo :D