En la
búsqueda de un complemento, se nos olvida el uso individual de las cosas.
A veces, no
necesitamos de un tercero, hasta que este aparece.
Está bien
el ser cautelosos, el tener un “escudo” y una “espada”, para enfrentarnos al
día a día, pero de repente, es necesario bajar el escudo y también la espada,
no todo es un ataque.
Disfruta de
lo existente, no de lo que esperas o quieres tener. La vida es cosa de
momentos, de situaciones, no solo de proyecciones e intenciones.
El aprender
a distinguir tus ritmos y tus ciclos, es parte del aprender a manejarte en un
mundo, que no está pensado para su funcionamiento de forma colectiva, sino que
está pensado para que cada quien, haga de una parte de este mundo, su mundo
aparte, el cual comparta con el resto.
Siempre
debemos aprender a trabajar ciertas cosas, entre esas, “la tolerancia la
frustración”, y el aprender a lidiar con conflictos adquiridos. Acuérdate, que
parte de lo que somos hoy, es en cierta forma, algo aprendido o heredado, por
decirlo de alguna manera.
No esperes
dominar hoy, lo que recién empiezas a distinguir, ejemplo de eso, es tu
naturaleza cambiante.
Dicen que
en el camino se ordena de la carga… ¿Cuánta carga, estás dispuesto a llevar en
este nuevo recorrido?
CONSEJO:
En lo
simple y lo complejo, existen cosas que extraer. Trata de apreciar cada cosa
como si fuera algo nuevo, y de paso, trata de apreciar cada “acción” o “comportamiento”
del resto, en ellos está el reflejo de tus propios actos.
El
equilibrio cuesta, pero cuesta más, cuando te cierras a la posibilidad de ser
ayudado.
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