Prudencia,
calma y planificación. Herramientas que pueden ser útiles, sobre todo cuando
estamos iniciando un proceso de “renacimiento” y de “reconocimiento” de ideas,
metas, proyecciones, y por sobre todo, de ti mismo.
De vez en
cuando, es necesario el bajar las revoluciones, entender que no todo tiene que
ser para ayer, que el hoy, es una posibilidad real cuando se trata de tiempo
para ti y que el mañana, siempre estará disponible para continuar con lo que
iniciaste ayer.
La
confianza, es un beneficio que se logra y que se otorga con el tiempo. Está
bien “entregar sin esperar algo a cambio”, pero no hay que olvidar, que acá lo
que está en juego, no es otra cosa más que tu integridad.
(Aprende de
los errores).
Vuelve al
origen, simplifica tu vida.
Lo complejo, déjalo para tu trabajo, para lo que implique el tener que buscar
soluciones para terceros.
Cuando se
trate de ti, menos es más. Libérate de aquellas cosas que a futuro, puedan
derivar en un problema. La simpleza, tiene esa capacidad de poder llenar
espacios y de hacerte sentir mejor con pequeñas cosas. Tanto pensar, tanto
necesitar, genera frustraciones que cada día, se vuelven más difíciles de
superar.
Sin mirar
atrás, no nos damos cuenta de cuanto hemos avanzado, hasta llegar a la meta.
CONSEJO:
Todo lo que
“se cae con lo mas mínimo” es porque siempre estuvo mal construido desde sus
cimientos, atrévete a “demoler para construir algo nuevo”.
Las
opciones, siempre son mas de una, eres tu quien decide cual de ellas tomar,
pero para eso, debes tener conciencia de que el mundo, siempre es más de lo tu
quiere ver.
Si dejas
cosas a medias, no te quejes por tener una lista interminable de “cosas por
hacer antes de morir”. El día a día, el hoy, es lo único seguro.
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