miércoles, 15 de junio de 2011

Amarse, amar y ser amado.


(Sin tratarse de una cosa de ego)

Para poder amar a alguien más primero debemos partir por amarnos a nosotros mismos.

Aceptar quienes somos, es la parte fundamental en todo orden de cosas, incluyéndose en esto, temas laborales, sociales, personales y de carácter afectivo.
Cuando sabemos quiénes somos, importando o no la aprobación del resto, todo en nosotros mismos, fluye con mayor rapidez y orden.
Si no sabemos quiénes somos, debemos partir entonces por “quién queremos ser”, de esta forma, tendremos una meta a la cual queremos llegar. Y para llegar a esa meta, tendremos que lidiar con lo que ya existe. Si queremos ser, a modo de ejemplo, un político que tenga credibilidad, debemos entonces partir, por decidir y ser fieles a una tendencia política, de esta forma, ya habremos tomado una decisión que nos acercara a lo que queremos ser, “optamos por una tendencia”, luego, debemos educarnos en relación a los principios que esta tendencia involucre, ya van dos pasos y finalmente, trabajar por ganarnos la confianza de quienes, en un futuro, nos seguirán.
Debemos, desde el momento en que decidimos optar por un camino, amar ese camino elegido, desde el primer minuto.

Logrando, entonces, amar lo que hacemos, amaremos quienes somos, desde el aspecto “laboral”.
Y así, con cada que queramos ser.

Amando quienes somos, pasamos a otra parte importante, que es el “Amar”.

Cuando nos amamos, sabemos que se siente, sin tratarse de una cosa de egos, por lo que sabemos aplicar, esa lección adquirida, esto es lo mismo que “para estar con alguien, debemos, primero, saber estar solos”.
Ahora, que sabemos amarnos, podremos amar algo o alguien más que no seamos nosotros mismos.

Y finalmente, “Ser amados”.
Para poder amar, debemos amarnos, para que nos amen, debemos amar. La idea de aprender a amarnos, no es más que para aprender un montón de cosas que van de la mano, entre ellas, el saber tranzar, elegir, entender y comprender.

Si partimos, de la base, que no es requerida la aprobación del resto, cuando de amar se trate, sabremos entonces, que amarse es necesario, que amar es una cualidad desprendida del amarnos y el que nos amen, no es más que la consecuencia de una sumatoria de acciones.

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