Siempre criticamos que la gente en general es
cínica, pero cuando nos enfrentamos a la sinceridad y a la honestidad,
reaccionamos de mala manera.
¿Por qué reaccionamos así?
Tal vez no estamos preparados, como creemos
estarlo, para recibir de la boca de otros, eso que tanto exigimos.
De manera
inconsciente nos rodeamos de seres que son en cierta forma “similares” y al
mismo tiempo “opuestos” a nosotros mismos, buscamos en otros la recepción, aprobación y contención que necesitamos, y que
al mismo tiempo negamos necesitar.
Buscamos en
otros, eso que nos complementa… Entonces: ¿Somos honestos con nosotros mismos?
¿Cómo llegamos a construir nuestro círculo?
Con tiempo, obviamente.
Pero más allá de eso, porque conocemos, o
creemos conocer, las reacciones y sabemos que podemos esperar y que no, y aquí
conecto con el título de este artículo, “buscamos honestidad”, y sabemos que lo
que obtendremos será eso, honestidad, lealtad y una forma de aprendizaje.
Cuando hablamos desde “la honestidad”,
desactivando el filtro, la condescendencia y liberando los impulsos, por lo
general tendremos 2 opciones, aprobación o rechazo, lo que al mismo tiempo
conlleva “amor” u “odio”.
¿Qué necesitamos?, ¿Aprobación?, ¿Rechazo?,
¿Amor?, ¿Odio?, ¿O nos resulta indiferente?
Siempre debemos tener en cuenta lo siguiente:
“La aprobación no es requerida, pero si
valorada dependiendo del caso.”
Si hablamos de honestidad, entonces debería
sernos indiferente.
¿Por qué?
Porque estamos actuando desde nuestra
naturaleza mas pura, no de esa manipulada por las apariencias.
Debemos separar siempre las cosas, entendiéndose
por “cosas”: Sentimientos, necesidades, expectativas, y todo lo que tenga un
doble discurso.
Una vez que entendamos e interioricemos el “concepto”
honestidad, todo tendrá un matiz diferente, desde algo tan, a simple vista, básico,
como la visión que tenemos de nosotros mismos, como lo que vamos a ver en los
demás.
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