“El que no lo queramos ver, no quiere decir que
no esté ahí.”
Mientras vamos creciendo, vamos notando como
nuestro enfoque o nuestro pensamiento en relación a la vida, va cambiando, va
tomando otras direcciones y vamos aprendiendo sobre la marcha, sobre los
tropiezos y las caídas de cada día.
Desde nuestra llegada a la tierra, incluso de antes, se nos inculcan ciertas normas y reglas de comportamiento, la mayoría de ellas orientadas a la represión de nuestros impulsos, al control de nuestro carácter y al marcarnos una estructura cuadrada sobre como tenemos que desenvolvernos en una sociedad que se niega a entender que la diversidad de pensamientos, de ideas, de sexualidad, de religión, entre otras cosas, es mas que necesaria y que es parte de la evolución que tenemos que vivir como “conjunto”.
Todos somos dueños de un universo absolutamente paralelo, que rara vez encaja del todo con los patrones considerados por la sociedad, como algo correcto.
¿Eso quiere decir que somos anormales? ¿Qué estamos
errados?
No, eso simplemente quiere decir, o quiere
demostrar que somos dueños de capacidades que el resto no tiene o que no se ha
tomado el tiempo de “ver” y de “entender”.
Siempre seremos juzgados y seremos analizados
por un ojo crítico que nada tiene de “inocente” ni tampoco “está libre de
culpas”, pero en ese afán por “querer ser mas” por “querer ser perfecto a los
ojos del resto”, se toman atribuciones que los hace sentir con derecho a
criticar.
En este viaje de autoconocimiento que es la vida,
cada etapa que vamos experimentando, nos va mostrando nuevas cosas que tenemos
que vivir, que tenemos que explotar y que tenemos que entender y asimilar como
algo que es parte exclusiva de nosotros y al mismo tiempo, es algo
absolutamente personal, donde NO debe existir la participación de terceros.
Cada proceso que vivimos jamás será igual al que está viviendo el de al lado,
por lo tanto si nos dejamos llevar o nos guiamos por esa experiencia, no
seremos capaces de entenderla del todo y como un todo.
Una parte importante de este viaje, es el
aprender a identificar lo que realmente nos hace felices, lo que realmente nos
llena y nos hace sentir que estamos siendo honestos y fieles a nuestra esencia.
¿Por qué la opinión del resto debe ser algo
relevante? ¿Por qué debemos buscar aceptación en el resto?
La única opinión que debe regirnos, es la que
nace en nosotros mismos.
La única aceptación que debemos buscar y exigir, es lo que se traduce en una sensación cuando ya hicimos lo que hacía falta para realizarnos, ¿Te llenó? ¿Te hizo feliz? Esa es la aceptación que necesitas, sentir que tú como individuo aceptas eso como algo propio de ti y en ti.
La única aceptación que debemos buscar y exigir, es lo que se traduce en una sensación cuando ya hicimos lo que hacía falta para realizarnos, ¿Te llenó? ¿Te hizo feliz? Esa es la aceptación que necesitas, sentir que tú como individuo aceptas eso como algo propio de ti y en ti.
Finalmente, y para vincular este artículo con
el trasfondo del blog, sumergirnos en las cartas del Tarot, nos ayuda a
encontrar esa esencia, y aunque a veces dormida, se manifiesta en nuestro
subconsciente y no sabemos interpretarla o entenderla del todo.
El Tarot, como herramienta de autoconocimiento,
es una de las herramientas mas fieles para poder conectar con eso que
mantenemos como algo “oculto”, puesto que muchas veces, sabemos lo que nos está
pasando, pero nuestra mente, nos confunde entre anestesias y cosas que
absorbemos producto de la exposición y la sobreexposición de nuestros
“conflictos”, con el entorno que a diario convivimos.
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