Durante
toda la vida del ser humano, desde sus primeras etapas, existen
cuestionamientos y dudas.
Siempre,
desde el momento en que se comienzan a racionalizar las emociones, por supuesto
en los comienzos de las civilizaciones, han existido preguntas que hasta el día
de hoy, carecen de respuestas.
¿Cómo
conecta el Tarot con lo anterior? ¿Qué rol juega el Tarot en nuestras vidas?
No tiene
otro rol, más que el ser una guía. Representando en sus arcanos mayores, los
diversos estados del ser humano.
Es evidente
que el Tarot no tiene la capacidad de responder “todas” las dudas que tengamos.
Pero si tiene la capacidad de orientarnos en cosas, que en comparación a otras
dudas existenciales, son más “simples”.
El Tarot,
este “juego” que se origina en tiempos antiguos e impensados, que fue pasando
por generaciones y también por diferentes usos, hoy se ha posicionado en
nuestra sociedad como una herramienta más de ayuda, en este laberinto de
desafíos y de vientos cambiantes que es la vida en sí. Entregando a quien lo
consulta, un abanico compuesto por 78 espectros, que en su más profunda
esencia, corresponden a nuestros estados.
El Tarot,
como reflejo de nosotros mismos, es un gran consejero, pero solo habla cuando
nos enfrentamos a el.
Lo mismo
pasa con un espejo, no nos refleja si lo miramos de perfil, debemos estar de
frente a el.
Cada carta,
de este maravilloso “juego”, tiene la capacidad de trasladarte a una dimensión
paralela, que evidentemente, “no lo verás así”, pero una vez que todas las
piezas comiencen a calzar, verás como tu mundo, ese que a diario recorres,
comienza a ordenarse.
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